Vuelta a casa.
Me encontré una vez mas en la ciudad sepulcral, sin poder tolerar la contemplación de la gente que se apresuraba por las calles para extraer unas de otras un poco de dinero, para devorar su infame comida, para soñar sus sueños insignificantes y torpes. Eran intrusos cuyo conocimiento de la vida constituía para mí una pretensión irritante, porque estaba seguro de que no era posible que supieran las cosa que yo sabia.
Josep Conrad, El corazon de las tinieblas.
Josep Conrad, El corazon de las tinieblas.
4 comentarios
glooomy -
por lo que veo, parece que vale la pena!!!
Polux -
adrian -
La hora de las brujas -