Blogia
En las tardes azules de verano...

La cometa.

Recuerdo una remota mañana de mi infancia en que hice una cometa. Ese día no había clases y el viento barría las nubes dejando en el cielo limpio un espléndido sol invernal. Las niñas y los niños del grupo nos reunimos en la galería de mi casa y con papeles amarillos y azules, unos trozos de cañas y unas tiras de trapos viejos, hicimos la cometa. Después de comer iríamos a remontarla por los campos de cultivo. El viento no dejaba de soplar y nuestra cometa se elevaría muy alto. Así fue: la cometa subía y subía impulsada por las corrientes, el viento la iba alejando y la alegre trenza serpenteaba en el aire equilibrando su peso. Cuando llegó al punto más alto, desde donde nos enviaba mensajes por la tensa corriente del hilo, alguien lo soltó y nuestra cometa se fue volando libre hasta que , después de trazar una enorme curva, la vimos caer, como un pájaro herido de muerte, entre los altos árboles del bosque. No pudimos recuperarla y, tal vez, lloramos por el sueño perdido.

1 comentario

Ame -

un recuerdo precioso :) tal vez con un final un poco triste... pero siempre podemos hacer mas cometas ^_^ (ala, y encima soy la primens en comentar :P) :**